Texto y fotos: Diego Caballo
Las cosas no son como son, sino como se perciben, y así nos pasó favorablemente con este hotel situado casi en el centro neurálgico de Islantilla. A pie de playa, con un paseo marítimo y la cuidada pasarela de madera que da acceso directo a la arena, tiene a su derecha Isla Cristina, hacia donde avanza el sol en su declive antes de dejarnos cálidas imágenes a contraluz. Y a su izquierda, Lepe, que son las dos poblaciones mancomunadas que hicieron posible esta zona veraniega de la costa onubense, tan demandada ahora.
Su apertura tuvo lugar en el año 2004, y nació con un perfil que desea mantener, como sostienen Javier Martín, su director, y José Díez Suárez, director comercial. “Es un hotel de clase media-alta, que enfoca sus esfuerzos para conseguir el descanso familiar sin caer en la monotonía”. Mire - nos dice José - “tenemos clientes en estos momentos que vinieron con un bebé que ahora tiene 14 años y le han nacido más hermanos, y esa es nuestra principal apuesta, porque el niño es la figura central”. Lógicamente, añade Javier, “como en cualquier otro hotel, tenemos clientes esporádicos que a veces repiten y a veces no”. También tiene grandes grupos asiduos, como el que entraba coincidiendo con nuestra salida, formado por más de 400 irlandeses, que ya han venido varios años ganados por la buena relación de calidad y precio.
Ambos directivos tienen una preocupación y una constante para mejorar: escuchar a los clientes y leer los comentarios que dejan, porque - nos recalca Javier – “eso nos ayuda a superarnos”. Y así nos pasó a nosotros. No fue hasta nuestro penúltimo día cuando pedimos hablar con ellos, ya que a esa altura de nuestra estancia tendríamos una opinión razonada del establecimiento, servicio, instalaciones, etcétera. Después, aunque no ha sido habitual hasta ahora en www.cuadernosdeviajes.com hacer crítica hotelera precisa, decidimos dedicar este apartado específico a Grand Hotel, dentro de nuestro reportaje de Islantilla.
Goza de la independencia que le faculta no pertenecer a ninguna cadena, aunque tiene dos hoteles hermanos de la misma empresa, Inmobiliaria Armuño S-L., en Sevilla: América y Derby, ambos céntricos en la capital andaluza.
Su consejero delegado es Juan Zapata, que apuesta por “Todo como en familia”, lema publicitario creado por su padre, Juan Zapata Cubeiro, de origen gallego, en su primer negocio, Lubre, una galería comercial de Sevilla, allá por la década de los 70 del siglo pasado.
Puerto Antilla, con 400 habitaciones y una capacidad media de 900 clientes (muchos de ellos repetitivos), durante unos 150 días al año, cuelga de su fachada principal 4 estrellas, esas mismas de las que en algunos casos debería desprenderse alguna, por inmerecida, y otras, como es el caso, que deben mantenerse y apostar sus mandos ejecutivos por hacer que brillen más, porque en los negocios comerciales de este tipo hay que llegar, mantener y superar. Cuando se sale de esa senda, por el motivo que sea, todo empieza a desvanecerse.
Cuando cierre su temporada, el día 29 del presente mes, quedará una larga tarea. Mantenimiento preventivo, reparación, innovaciones… todo para volver de nuevo a abrir sus puertas en las proximidades de Semana Santa remozado, con nuevas ideas que incluirán también y, fundamentalmente, la gastronomía. Sabemos que una de las cosas peor llevadas por los clientes es el aburrimiento causado por la comida monótona, cosa que no nos ha pasado a nosotros, salvo excepciones en estos días de estancia. Deberán pensar también en sus programas de animación, que, como nos cuentan Javier y José, es buena en temporada alta, pero reconocen que decae bastante en la recta final hacia el cierre de temporada.
El hotel, además de sus magníficas instalaciones, bien cuidadas, salvo quizás el césped, que necesita renovación al menos en parte, dispone de un spa razonablemente bien equipado, con dos saunas, sala de vapor, tres duchas con diferentes temperaturas y jacuzzi. También dispone de un gimnasio y piscina interior, además de las cinco exteriores con acceso libre.
Los amantes del golf y la naturaleza pueden disfrutar de 7 campos de golf a media hora del hotel, y alguno de ellos incluso a menor distancia.
El Puerto Antilla Grand Hotel ha sido testigo de parte del rodaje de “Campeones”, la última película dirigida por Javier Fesser, que tiene como protagonistas, entre otros, a Javier Gutiérrez, Athenea Mata, Juan Margallo y Luisa Gavassa, que mezcla comedia llena de humor y sentimientos con surrealismo, que es el perfil que ha seguido Fesser en otros largometrajes, como “El milagro de P. Pinto”.
En una ocasión, después de visitar Lepe, esa población multirracial de cientos de manos que recogen fresas, le comentamos a un empleado del hotel que nos servía en el comedor que no nos había gustado su pueblo. Nos miró y nos dijo lleno de convencimiento: “tiene que volver, tiene que mirar, entrar en sus bares, ya verá como luego le gusta más, porque lo mejor de Lepe es su gente”. La gente, sí, la gente. Lo mejor de este hotel, su gente, el servicio. Y por si fuera poco, me hablaron bien de sus jefes.
Las cosas no son como son, sino como se perciben. Nosotros llegamos con una idea fundada sobre este hotel y su entorno. Hemos salido con otra después de haber logrado descansar mientras disfrutábamos del silencio necesario, la caminata adecuada y un entorno con sabor marino.